LA FORTALEZA DE SER MADRE

LA FORTALEZA DE SER MADRE

Por María Pía Filippone Lomedico – Sanadora Holística

Ser partícipe de cada etapa del pequeño ser que una vez dormía, comía y jugaba en nuestro vientre, nos hace disfrutar de las pequeñas cosas que la vida tiene que ofrecernos:  la sonrisa de nuestro hijo, sus primeras palabras, sus primeros pasos, sus primeras desilusiones y triunfos. Tomar su manito con amor y guiarlo, enseñándole lo hermosa que puede ser la vida, es una alegría para quien tiene la dicha de ser madre.

Nuestros corazones viven cada pequeño momento cuando somos madres. Nos preocupamos muchas veces por cosas tan simples, dudando de nuestras capacidades. Queremos ser las mejores madres para nuestros hijos, pero en realidad ya lo somos. Somos y seremos las únicas madres para ellos y nada ni nadie lo cambiarán. Por eso el regalo más grande de una madre a su hijo es el amor que le puede dar. Al dar amor enseñamos todo lo que nuestros hijos necesitan para la vida, pues con amor enseñamos todos los valores.

La llegada de un hijo es uno de los cambios más esenciales en la vida. Ser responsable de un ser tan indefenso y adorable pone patas arriba tu ritmo diario, altera tus emociones, reduce tu tiempo de pareja y tu vida social. Y aun así, estás segura de que tu bebé es lo mejor que te ha pasado nunca. La maternidad te aporta mucho más de lo que jamás hubieras imaginado y te transforma en muchísimos sentidos.

TE ENSEÑA A VIVIR EL MOMENTO

Puedes potenciar aún más esa capacidad de vivir plenamente. Para ello, dedica varios días a realizar una actividad concreta agudizando todos tus sentidos. Por ejemplo, pasea con el bebé por un jardín y concéntrate en observar la cara del niño y lo que vas viendo, en diferenciar los sonidos que te rodean, en sentir el aire en tu piel, en distinguir los aromas de las plantas… Poco a poco, ve ampliando las actividades que realices así.

TE AYUDA A ACEPTAR LOS IMPREVISTOS

Una reflexión.

Si notas que, a pesar de estar feliz con tu bebé, a diario siguen frustrándote muchas cosas, haz un reajuste en la forma de organizarte. Seguramente planeas muchas actividades para el tiempo del que dispones. Piensa que no tienes que ser una superwoman y planifica sólo las dos o tres cosas que sean imprescindibles, dejando tiempo libre para los imprevistos.

HACE QUE DES LO MEJOR DE TI MISMA

Una reflexión.

Tu amor por tu hijo es incondicional, pero también lo es el suyo hacia ti. Tu pequeño te quiere tal como eres, sin críticas y sin matices. Te perdona cualquier error y piensa que eres perfecta. Sus sentimientos son puros y auténticos. Disfruta de su amor ilimitado y déjate transformar por él.

ELIMINA MUCHOS DE TUS PREJUICIOS

Una reflexión.

No seas dura contigo misma a la hora de juzgarte. Ser madre es algo que se aprende día tras día y los errores enseñan casi más que los aciertos. Escucha tu propia voz interior: será tu mejor guía a la hora de tomar las decisiones adecuadas para tu hijo.

TE HACE VER EL MUNDO CON LOS OJOS DEL NIÑO

Una reflexión.

Vivir juntos esos momentos felices de la infancia aumenta en tu bebé o en tu niña-o la secreción de hormonas oxitócica y endorfinas (las hormonas del bienestar) y su cerebro se acostumbra a ellas, de modo que de mayor las producirá en mayor cantidad que otro bebé que no haya recibido tanto cariño. Además, según el psicólogo Allan Schore, esas vivencias moldean su cerebro, haciéndolo más deseoso de aprender.

TE HACE COMPRENDER Y HONRAR A TUS PADRES

Una reflexión.

Si la relación con tus padres aún es tensa, es un buen momento para mejorarla. También es posible que la maternidad dé origen a roces, ahora que los roles han cambiado. Tanto en un caso como en otro es importante hablarlo sin tapujos y aclarar discrepancias.

“Los hijos tienen mucho más confianza en la humanidad que en la santidad y la perfección.”

Agresividad infantil

Agresividad infantil

Por Gloria Marsellach – Psicólogo / Psicoactiva.com

El problema de la agresividad infantil es uno de los trastornos que más invalidan a padres y maestros junto con la desobediencia. A menudo nos enfrentamos a niños agresivos, manipuladores o rebeldes pero no sabemos muy bien como debemos actuar con ellos o cómo podemos incidir en su conducta para llegar a cambiarla. En este artículo intentaremos definir los síntomas para una correcta evaluación de este trastorno caracterial y establecer diferentes modos de tratamiento.

Un buen pronóstico a tiempo mejora siempre una conducta anómala que habitualmente suele predecir otras patologías psicológicas en la edad adulta. Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia si no se trata derivará probablemente en fracaso escolar y en conducta antisocial en la adolescencia y edad adulto porque principalmente son niños con dificultades para socializarse y adaptarse a su propio ambiente.

El comportamiento agresivo complica las relaciones sociales que va estableciendo a lo largo de su desarrollo y dificulta por tanto su correcta integración en cualquier ambiente. El trabajo por tanto a seguir es la socialización de la conducta agresiva, es decir, corregir el comportamiento agresivo para que derive hacia un estilo de comportamiento asertivo.

Ciertas manifestaciones de agresividad son admisibles en una etapa de la vida por ejemplo es normal que un bebé se comporte llorando o pataleando; sin embargo, estas conductas no se consideran adecuadas en etapas evolutivas posteriores.

¿Qué entendemos por “agresividad infantil”?

Hablamos de agresividad cuando provocamos daño a una persona u objeto. La conducta agresiva es intencionada y el daño puede ser físico o psíquico.
En el caso de los niños la agresividad se presenta generalmente en forma directa ya sea en forma de acto violento físico (patadas, empujones,…) como verbal (insultos, palabrotas,…). Pero también podemos encontrar agresividad indirecta o desplazada, según la cual el niño agrede contra los objetos de la persona que ha sido el origen del conflicto, o agresividad contenida según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.

Independientemente del tipo de conducta agresiva que manifieste un niño el denominador común es un estímulo que resulta nocivo o aversivo frente al cual la víctima se quejará, escapará, evitará o bien se defenderá.

Los arrebatos de agresividad son un rasgo normal en la infancia pero algunos niños persisten en su conducta agresiva y en su incapacidad para dominar su mal genio. Este tipo de niños hace que sus padres y maestros sufran siendo frecuentemente niños frustrados que viven el rechazo de sus compañeros no pudiendo evitar su conducta.

Algunas teorías explican las causas del comportamiento agresivo

Las teorías del comportamiento agresivo se engloban en: Activas y Reactivas.
Las activas son aquellas que ponen el origen de la agresión en los impulsos internos, lo cual vendría a significar que la agresividad es innata, que se nace o no con ella. Defensores de esta teoría: Psicoanalíticos y Etológicos.
Las reactivas ponen el origen de la agresión en el medio ambiente que rodea al individuo. Dentro de éstas podemos hablar de las teorías del impulso que dicen que la frustración facilita la agresión, pero no es una condición necesaria para ella, y la teoría del aprendizaje social que afirma que las conductas agresivas pueden aprenderse por imitación u observación de la conducta de modelos agresivos.

Teoría del aprendizaje social

Para poder actuar sobre la agresividad necesitamos un modelo o teoría que seguir y éste, en nuestro caso, será la teoría del aprendizaje social.
Habitualmente cuando un niño emite una conducta agresiva es porque reacciona ante un conflicto. Dicho conflicto puede resultar de:

  1. Problemas de relación social con otros niños o con los mayores, respecto de satisfacer los deseos del propio niño.
  2. Problemas con los adultos surgidos por no querer cumplir las órdenes que éstos le imponen.
  3. Problemas con adultos cuando éstos les castigan por haberse comportado inadecuadamente, o con otro niño cuando éste le agrede.

Sea cual sea el conflicto, provoca en el niño cierto sentimiento de frustración u emoción negativa que le hará reaccionar. La forma que tiene de reaccionar dependerá de su experiencia previa particular. El niño puede aprender a comportarse de forma agresiva porque lo imita de los padres, otros adultos o compañeros. Es lo que se llama Modelamiento. Cuando los padres castigan mediante violencia física o verbal se convierten para el niño en modelos de conductas agresivas. Cuando el niño vive rodeado de modelos agresivos, va adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una cierta tendencia a responder agresivamente a las situaciones conflictivas que puedan surgir con aquellos que le rodean. El proceso de modelamiento a que está sometido el niño durante su etapa de aprendizaje no sólo le informa de modos de conductas agresivos sino que también le informa de las consecuencias que dichas conductas agresivas tienen para los modelos. Si dichas consecuencias son agradables porque se consigue lo que se quiere tienen una mayor probabilidad de que se vuelvan a repetir en un futuro.
Por ejemplo, imaginemos que tenemos dos hijos, Luis y Miguel, de 6 y 4 años respectivamente. Luis está jugando con una pelota tranquilamente hasta que irrumpe Miguel y empiezan a pelear o discutir por la pelota. Miguel grita y patalea porque quiere jugar con esa pelota que tiene Luis. Nosotros nos acercamos y lamentándonos del pobre Miguel, increpamos a Luis para que le deje la pelota a Miguel. Con ello hemos conseguido que Miguel aprenda a gritar y patalear cuando quiera conseguir algo de su hermano. Es decir, hemos reforzado positivamente la conducta agresiva de Miguel, lo cual garantiza que se repita la conducta en un futuro.

De acuerdo con este modelamiento la mayoría de los adultos estamos enseñando a los niños que la mejor forma de resolver una situación conflictiva es gritándoles, porque nosotros les gritamos para decir que no griten. ¡Menuda contradicción! Y si nos fijamos como esa solemos hacer muchas a diario.

Factores influyentes en la conducta agresiva

Como ya hemos dicho, uno de los factores que influyen en la emisión de la conducta agresiva es el factor sociocultural del individuo. Uno de los elementos más importantes del ámbito sociocultural del niño es la familia. Dentro de la familia, además de los modelos y refuerzos, son responsables de la conducta agresiva el tipo de disciplina a que se les someta. Se ha demostrado que tanto un padre poco exigente como uno con actitudes hostiles que desaprueba constantemente al niño, fomentan el comportamiento agresivo en los niños.
Otro factor familiar influyente en la agresividad en los hijos es la incongruencia en el comportamiento de los padres. Incongruencia se da cuando los padres desaprueban la agresión castigándola con su propia agresión física o amenazante hacia el niño. Asimismo se da incongruencia cuando una misma conducta unas veces es castigada y otras ignorada, o bien, cuando el padre regaña al niño pero la madre no lo hace.
Las relaciones deterioradas entre los propios padres provoca tensiones que pueden inducir al niño a comportarse de forma agresiva.
Dentro del factor sociocultural influirían tanto el tipo de barrio donde se viva como expresiones que fomenten la agresividad “no seas un cobarde”.

En el comportamiento agresivo también influyen los factores orgánicos que incluyen factores tipo hormonales, mecanismos cerebrales, estados de mala nutrición, problemas de salud específicos.

Finalmente cabe mencionar también el déficit en habilidades sociales necesarias para afrontar aquellas situaciones que nos resultan frustrantes. Parece que la ausencia de estrategias verbales para afrontar el estrés a menudo conduce a la agresión (Bandura, 1973).

¿Cómo evaluar si un niño es o no agresivo? Instrumentos de evaluación.

Ante una conducta agresiva emitida por un niño lo primero que haremos será identificar los antecedentes y los consecuentes de dicho comportamiento. Los antecedentes nos dirán cómo el niño tolera la frustración, qué situaciones frustrantes soporta menos. Las consecuencias nos dirán qué gana el niño con la conducta agresiva. Por ejemplo:
” Una niña en un parque quiere bajar por el tobogán pero otros niños se le cuelan deslizándose ellos antes. La niña se queja a sus papás los cuales le dicen que les empuje para que no se cuelen. La niña lleva a cabo la conducta que sus padres han explicado y la consecuencia es que ningún otro niño se le cuela y puede utilizar el tobogán tantas veces desee.”
Pero sólo evaluando antecedentes y consecuentes no es suficiente para lograr una evaluación completa de la conducta agresiva que emite un niño, debemos también evaluar si el niño posee las habilidades cognitivas y conductuales necesarias para responder a las situaciones conflictivas que puedan presentársele. También es importante saber cómo interpreta el niño una situación, ya que un mismo tipo de situación puede provocar un comportamiento u otro en función de la intención que el niño le adjudique. Evaluamos así si el niño presenta deficiencias en el procesamiento de la información.

Para evaluar el comportamiento agresivo podemos utilizar técnicas directas como la observación natural o el autorregistro y técnicas indirectas como entrevistas, cuestionarios o autoinformes. Una vez hemos determinado que el niño se comporta agresivamente es importante identificar las situaciones en las que el comportamiento del niño es agresivo. Para todos los pasos que comporta una correcta evaluación disponemos de múltiples instrumentos clínicos que deberán utilizarse correctamente por el experto para determinar la posterior terapéutica a seguir.

¿Cómo podemos tratar la conducta agresiva del niño?

Cuando tratamos la conducta agresiva de un niño en psicoterapia es muy importante que haya una fuerte relación con todos los adultos que forman el ambiente del niño porque debemos incidir en ese ambiente para cambiar la conducta. Evidentemente el objetivo final es siempre reducir o eliminar la conducta agresiva en todas las situaciones que se produzca pero para lograrlo es necesario que el niño aprenda otro tipo de conductas alternativas a la agresión. Con ello quiero explicar que el tratamiento tendrá siempre dos objetivos a alcanzar, por un lado la eliminación de la conducta agresiva y por otro la potenciación junto con el aprendizaje de la conducta asertiva o socialmente hábil. Son varios los procedimientos con que contamos para ambos objetivos. Cuál o cuáles elegir para un niño concreto dependerá del resultado de la evaluación.
Vamos a ver algunas de las cosas que podemos hacer. En el caso de un niño que hemos evaluado se mantiene la conducta agresiva por los reforzadores posteriores se trataría de suprimirlos, porque si sus conductas no se refuerzan terminará aprendiendo que sus conductas agresivas ya no tienen éxito y dejará de hacerlas. Este método se llama extinción y puede combinarse con otros como por ejemplo con el reforzamiento positivo de conductas adaptativas. Otro método es no hacer caso de la conducta agresiva pero hemos de ir con cuidado porque sólo funcionará si la recompensa que el niño recibía y que mantiene la conducta agresiva era la atención prestada. Además si la conducta agresiva acarrea consecuencias dolorosas para otras personas no actuaremos nunca con la indiferencia. Tampoco si el niño puede suponer que con la indiferencia lo único que hacemos es aprobar sus actos agresivos.
Existen asimismo procedimientos de castigo como el Tiempo fuera o el coste de respuesta. En el primero, el niño es apartado de la situación reforzante y se utiliza bastante en la situación clase. Los resultados han demostrado siempre una disminución en dicho comportamiento. Los tiempos han de ser cortos y siempre dependiendo de la edad del niño. El máximo sería de 15 minutos para niños de 12 años. El coste de respuesta consiste en retirar algún reforzador positivo contingentemente a la emisión de la conducta agresiva. Puede consistir en pérdida de privilegios como no ver la televisión.
El castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del niño.

Algunas consideraciones sobre el castigo en general

  1. Debe utilizarse de manera racional y sistemática para hacer mejorar la conducta del niño. No debe depender de nuestro estado de ánimo, sino de la conducta emitida.
  2. Al aplicar el castigo no lo hagamos regañando o gritando, porque esto indica que nuestra actitud es vengativa y con frecuencia refuerza las conductas inaceptables.
  3. No debemos aceptar excusas o promesas por parte del niño.
  4. Hay que dar al niño una advertencia o señal antes de que se le aplique el castigo.
  5. El tipo de castigo y el modo de presentarlo debe evitar el fomento de respuestas emocionales fuertes en el niño castigado.
  6. Cuando el castigo consista en una negación debe hacerse desde el principio de forma firme y definitiva.
  7. Hay que combinar el castigo con reforzamiento de conductas alternativas que ayudarán al niño a distinguir las conductas aceptables ante una situación determinada.
  8. No hay que esperar a que el niño emita toda la cadena de conductas agresivas para aplicar el castigo, debe hacerse al principio.
  9. Cuando el niño es mayor, conviene utilizar el castigo en el contexto de un contrato conductual, puesto que ello ayuda a que desarrolle habilidades de autocontrol.
  10. Es conveniente que la aplicación del castigo requiera poco tiempo, energía y molestias por parte del adulto que lo aplique.

¿Qué pueden hacer los padres y los profesores?

Una vez llegados a este apartado la mayoría de vosotros ya os habéis dado cuenta que la conducta agresiva de vuestro hijo es una conducta aprendida y como tal puede modificarse. También la lectura anterior os ha servido para comprender que una conducta que no se posee puede adquirirse mediante procesos de aprendizaje. Con lo cual el objetivo en casa o en la escuela también será doble: desaprender la conducta inadecuada y adquirir la conducta adaptativa.

Si montamos un programa para cambiar la conducta agresiva que mantiene nuestro hijo hemos de tener en cuenta que los cambios no van a darse de un día a otro, sino que necesitaremos mucha paciencia y perseverancia si queremos solucionar el problema desde casa.
Una vez tenemos claro lo anterior, la modificación de la conducta agresiva pasará por varias fases que irán desde la definición clara del problema hasta la evaluación de los resultados.
Vamos a analizar por separado cada una de las fases que deberemos seguir:

Definición de la conducta:
Hay que preguntarse en primer lugar qué es lo que nuestro hijo está haciendo exactamente. Si nuestra respuesta es confusa y vaga, será imposible lograr un cambio. Con ello quiero decir que para que esta fase se resuelva correctamente es necesario que la respuesta sea específica. Esas serán entonces nuestras conductas objetivo (por ejemplo, el niño patalea, da gritos cuando…).

Frecuencia de la conducta:
Confeccione una tabla en la que anotar a diario cuantas veces el niño emite la conducta que hemos denominado globalmente agresiva. Hágalo durante una semana.

Definición funcional de la conducta:
Aquí se trata de anotar qué provocó la conducta para lo cual será necesario registrar los antecedentes y los consecuentes. Examine también los datos específicos de los ataques. Por ejemplo, ¿en qué momentos son más frecuentes?

Procedimientos a utilizar para la modificación de la conducta:
Nos planteamos en la elección dos objetivos: debilitar la conducta agresiva y reforzar respuestas alternativas deseables (si esta última no existe en el repertorio de conductas del niño, deberemos asimismo aplicar la enseñanza de habilidades sociales).

  • Ciertas condiciones proporcionan al niño señales de que su conducta agresiva puede tener consecuencias gratificantes. Por ejemplo, si en el colegio a la hora del patio y no estando presente el profesor, el niño sabe que pegando a sus compañeros, éstos le cederán el balón, habrá que poner a alguien que controle el juego hasta que ya no sea preciso.
  • Debemos reducir el contacto del niño con los modelos agresivos. Por el contrario, conviene suministrar al niño modelos de conducta no agresiva. Muéstrele a su hijo otras vías para solucionar los conflictos: el razonamiento, el diálogo, el establecimiento de unas normas. Si los niños ven que los adultos tratan de resolver los problemas de modo no agresivo, y con ello se obtienen unas consecuencias agradables, podrán imitar esta forma de actuar. Para vosotros papás entrenar el autocontrol con ayuda de la relajación.
  • Reduzca los estímulos que provocan la conducta. Enseñe al niño a permanecer en calma ante una provocación.
  • Recompense a su hijo cuando éste lleve a cabo un juego cooperativo y asertivo.
  • Existe una cosa denominada “Contrato de contingencias” que tiene como finalidad comprometer al niño en el proyecto de modificación de conducta. Es un escrito entre padres e hijo en el que se indica qué conductas el niño deberá emitir ante las próximas situaciones conflictivas y que percibirá por el adulto a cambio. Asimismo se indica qué coste tendrá la emisión de la conducta agresiva. El contrato deberá negociarse con el niño y revisarlo cada X tiempo y debe estar bien a la vista del niño. Tenemos que registrar a diario el nivel de comportamiento del niño (como hacíamos con la enuresis) porque la mera señal del registro ya actúa como reforzador. Esto es adecuado para niños a partir de 9 años.

Ponga en práctica su plan:
Cuando ya ha determinado qué procedimiento utilizará, puede comenzar a ponerlo en funcionamiento. Debe continuar registrando la frecuencia con que su hijo emite la conducta agresiva para así comprobar si el procedimiento utilizado está o no resultando efectivo. No olvide informar de la estrategia escogida a todos aquellos adultos que formen parte del entorno del niño.
Mantenga una actitud positiva. Luche por lo que quiere conseguir, no se desmorone con facilidad. Por último, fíjese en los progresos que va haciendo su hijo más que en los fallos que pueda tener. Al final se sentirán mejor tanto Vd. Como su hijo.

Evalúe los resultados del programa:
Junto con el tratamiento que usted ha decidido para eliminar la conducta agresiva de su hijo, usted ha planificado también reforzar las conductas alternativas de cooperación que simbolizan una adaptación al ambiente. Una vez transcurridas unas tres semanas siguiendo el procedimiento, deberá proceder a su evaluación. Si no hemos obtenido ninguna mejora, por pequeña que sea, algo está fallando, así es que deberemos volver a analizar todos los pasos previos. La hoja de registro nos ayudará para la evaluación de resultados. Si hemos llegado al objetivo previsto, es decir, reducción de la conducta agresiva, no debemos dejar drásticamente el programa que efectuamos, porque debemos preparar el terreno para que los resultados conseguidos se mantengan.
Para asegurarse de que el cambio se mantendrá, elimine progresivamente los reforzadores materiales. No olvide que los procedimientos que usted como padre ha aprendido, los puede interiorizar para provocar en usted mismo un cambio de actitud. Practique el entrenamiento en asertividad y será más feliz.

El reto del embarazo adolescente

El reto del embarazo adolescente

La Asociación Civil Nosotras Elegimos es una asociación civil sin fines de lucro, con el objetivo de fomentar  la cultura preventiva en los adolescentes venezolanos con respecto al desarrollo de una sexualidad responsable, saludable y sin riesgos, mediante programas y acciones educativas.

Esta iniciativa tiene como labor trabajar en forma cercana con la comunidad, debido a que cuenta con un grupo de profesionales y especialistas en salud para crear actividades, con el fin de replicar información orientada a los adolescentes en edad reproductiva entre los 12 y 19 años.

Durante la primera fase de lanzamiento, desde el mes de septiembre del 2013, se ha  logrado compartir y orientar en el área metropolitana, además de desplegar e incorporar actividades en todo el país con el objetivo de integrar, educar y difundir la información necesaria para guiar a los jóvenes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló por medio de estadísticas que el embarazo precoz se ha convertido en un problema de salud pública, así como del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM)  destaca que el 50% de los embarazos en Venezuela no son planificados, más grave aún, una de cada tres  adolescentes que inician su vida sexual queda embarazada durante su primera relación y una de cada cinco durante los primeros seis meses. Esto trae como consecuencia que una de cada cinco mujeres que cumplen 20 años de edad ha tenido un embarazo no deseado, con todas las implicaciones psicológicas, tanto para la madre como para el niño que está por nacer.

Es por esto que la asociación civil Nosotras Elegimos y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) se unen para presentar el Informe del Estado de la Población Mundial 2013, titulado Maternidad en la niñez: Afrontar el desafío de un embarazo adolescente. Refiriéndose a los principales retos que implican un embarazo prematuro, sus consecuencias y el impacto a largo plazo que este acarrea. Nos muestra  también lo que se  puede hacer para frenar esta tendencia  y proteger los derechos humanos y el bienestar de este grupo de la población.

Así mismo deben generarse estrategias y programas nacionales basados en las necesidades  del sector juvenil. Es tiempo de actuar en pro de los jóvenes y adolescentes de Venezuela, porque estos representan el desarrollo de la nación.

Bajo peso y poco crecimiento en niños causa reflujo

Los buches y los cólicos son el problema digestivo más común que presentan los bebes. Los buches o regurgitaciones pueden estar asociados a la enfermedad por reflujo gastroesofágico, aunque en la mayoría de los casos no dejan secuelas importantes en ocasiones pueden estar acompañados de otras manifestaciones extra digestivas, es decir, que no están relacionados con el sistema digestivo, tales como, poca ganancia de peso, tos, asma, afecciones respiratorias, otitis y neumonía entre otras complicaciones, y constituyen una señal de alarma , que advierte sobre la existencia de la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico, ERGE y debe ser evaluado por especialistas en el área de Gastroenterología en conjunto con el pediatra, otorrinolaringólogos y neumonólogos.

Las manifestaciones a las cuales deben estar alertas los padres varían de acuerdo a la edad. En niños menores de 8 años, los síntomas pueden ser: falta de crecimiento, irritabilidad, llanto, perdida de la iniciativa de comer y anemia. Mientras que los mayores de 8 años presentan síntomas similares al adulto, como pirosis, ardor en la boca del estómago y acidez.

Aunque los niños menores de 1 año presentan reflujo gastroesofágico sin secuelas importantes, existe otro grupo que desarrollan Enfermedad de Reflujo Gastroesofágico con altas probabilidades de que ese infante sea un adulto con ERGE, sobre todo, si los padres no toman consciencia del papel determinante que juega en esta condición el cambio de estilo de vida, modificaciones dietéticas y en ocasiones medicación por períodos prolongados.

Masajes y Reiki prenatal en Embarazarte

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, Embarazarte ofrece una oferta especial durante todo este mes: 50% de descuento en la primera sesión de los servicios de Masajes de Relajación y Reiki Prenatal.

Masajes que consienten

Los masajes son un método de valoración mediante la palpación y el tratamiento manual sobre la superficie corporal. Constan de diferentes técnicas que aplicadas profesionalmente, pueden favorecer el sueño y hasta aminorar dolores.

Los masajes de relajación tienen diferentes fines terapéuticos y son recomendados para la condición de la gestante, debido a que favorecen el descanso físico generalizado, descontractura los músculos, permite a la embarazada gozar de tiempo y espacio exclusivo para ella, mayor concentración mental y centro emocional, ayuda a mejorar los cuadros hipertensivos, y mejora la circulación evitando la retención de líquidos.

Las citas para el servicio de Masajes de Relajación de Embarazarte son los martes y jueves de 10 am. a 4 pm. y los miércoles y viernes de 9 am. a 5 pm.. Los mismos son aplicados por María Fernanda Figueredo, terapeuta corporal y reikista, y Liliana Lazo, Fisioterapista Obstétrica y Uro-Ginecológica.

Energía sanadora para la embarazada

El Reiki es una técnica japonesa que emplea la energía para sanar a través de la imposición de manos en los chakras. Es un método totalmente natural y no invasivo, que puede ser aplicado en cualquier momento de la gestación. Entre los beneficios que aporta están los siguientes:

· Aporta vitalidad y energía a la embarazada.

· Ayuda a optimizar los períodos de sueño y descanso.

Para comunicarte con ellos puedes hacerlo a través de los teléfonos (0212) – 285.65.54 / 395.63.51

http://www.embarazarte.com

Baila con tu bebé este viernes 27 de enero

Para muchas mujeres continuar su vida incorporando la maternidad suele ser un episodio impactante, que involucra cambios en sus prioridades de vida, en su forma corporal y en el manejo del tiempo para sus actividades, cambios que repercuten en su autoestima y en la relación con su bebé.

Mamá y Bebé con Swing, conocido por sus siglas MyB con Swing® es un servicio dirigido por profesionales de salud orientado a profundizar el vínculo madre-hijo a través de la recuperación física de la madre en el posparto, la promoción de la lactancia materna, la estimulación del bebé desde su nacimiento hasta los 2 años y el baile madre-hijo por medio de un canguro.

Hemos realizado clases masivas en emblemáticos centros comerciales como Sambil, en la Caminata en Apoyo a la Lactancia Materna de UNICEF, en congresos pediátricos, siempre con el objetivo de transmitir otra experiencia de la maternidad, ahora unida a la actividad física, a la salud y a la integración madre-hijo. Una muestra de las clases masivas en el Centro Comercial Sambil aquí

En esta ocasión llegamos al Centro Comercial Galerías de Prados del Este para ofrecer una clase abierta y gratuita para todas las madres con bebés entre 2 meses y 2 años el viernes 27 de enero a las 4pm. La actividad se realizará en la tarima de Marimba, ubicado en el nivel feria del centro comercial. Se dispondrá de 8 canguros para prestárselos a las madres que carezcan de ellos. Música, baile, ejercicio y diversión serán los regalos que les daremos a todas las mamás y bebés.

-Sobre Marimba-

Servicio dirigido por especialistas de estimulación del desarrollo artístico, motor, social, emocional y lúdico del niñ@ desde 6 meses hasta los 6 años. Empleamos las artes como la música, el baile, el teatro y el canto con el objetivo de reforzar la educación de los niñ@s.

En el Centro Comercial Galerías de Prados del Este, con un área de construcción de casi 300m2 Marimba dispone de: área de recepción, merendero, tarima para presentaciones y eventos corporativos, parque, 3 salones completamente dotados donde desarrollará sus talleres en un horario de lunes a viernes, de 8am a 8pm.

Camila Canabal By EPK: juego de niñas

Uno de los recuerdos más bonitos que guardo de mi infancia, son algunas noches en los que mi madre regresaba del trabajo y me llevaba como un trofeo una hoja de papel con una muñequita y múltiples vestidos para recortar.

Es que esa divina obsesión que tenemos las mujeres por la ropa, se evidencia desde los primeros juegos hasta que tenemos hijos. En ese instante son ellos quienes se convierten en nuestra inspiración, y en un canal por medio del cual dejamos fluir nuestra vena como “expertas en moda”.

Pero en el caso de la presentadora Camila Canabal, su idea del diseño para la ropa de sus hijas pasó de ser un acto doméstico, a una realidad firmada bajo los siglas EPK.

Los frutos de ese dúo formado por la experiencia de la gente de El Principito y Camila es una línea de vestuario para niñas, abalado con la calidad y tradición de la marca, más el toque diferenciador de la presentadora. Una colección que derrocha feminidad, llena de colores, vibrante, fresca y muy cómoda para las pequeñas señoritas a quienes está destinada.

La idea no queda sólo en las piezas, sino que por cada prenda vendida, EPK donará a la Fundación Venezuela Sin Límites un monto equivalente a la mitad de todo lo que se gane por la venta de la colección.
Sin duda una excelente combinación entre calidad, ingenio y compromiso social.